En nuestra acelerada vida moderna, es común sentirse abrumado por pensamientos intrusivos que minan nuestra paz mental y bienestar. Estos pensamientos, que pueden surgir de preocupaciones cotidianas o de inseguridades profundas, tienen el poder de atraparnos en un ciclo de negatividad y estrés. Sin embargo, hay dos herramientas poderosas que pueden ayudarnos a liberarnos de estas cadenas mentales: aprender a conectar con el presente y hablarnos de una forma compasiva.
1. Conectar con el presente
La práctica de la atención plena, o mindfulness, es una técnica efectiva para anclarnos en el aquí y ahora. Este enfoque implica prestar atención consciente a nuestras experiencias presentes sin juzgarlas. Cuando nos enfocamos en el momento presente, disminuimos la influencia de pensamientos intrusivos que generalmente se centran en el pasado o en el futuro.
¿Cómo empezar con el Mindfulness?
No necesitas mucho tiempo ni equipos especiales para empezar, basta con dedicarle unos minutos al día. Aquí tienes unos pasos simples para iniciarte:
- Encuentra un lugar tranquilo: busca un lugar donde no te molesten durante unos minutos.
- Siéntate cómodo: siéntate en una silla o en el suelo con la espalda recta y las manos en el regazo, de forma que tengas una postura recta pero cómoda. Recuerda que el objetivo de esta práctica no es la relajación, el objetivo es lograr una conexión activa y consciente con tu presente.
- Cierra los ojos y respira: cierra los ojos suavemente y enfócate en tu respiración. Siente el aire entrar y salir de tu cuerpo. No importa que no consigas plena atención al principio, tan solo, intenta centrar tu atención en la respiración cada vez que tu mente divague a otro lugar.
- Observa tus pensamientos: no trates de vaciar tu mente, ni de razonar o juzgar tus pensamientos. Simplemente observa tus pensamientos y emociones como si fueran nubes que pasan por el cielo. No te aferres a ellos, déjalos iry continúa centrando tu atención en la respiración. Esta es la parte más frustrante que solo puede mejorar con la repetición y la práctica. Recuerda que el músculo tampoco se consigue con la primera flexión.
- Vuelve a la respiración: si te das cuenta de que tu mente divaga, suavemente vuelve a enfocar tu atención en la respiración.No importa cuantas veces divague tu mente, como he comentado, esto solo mejora con la repetición y la práctica.
Este ejercicio nos ayuda a desarrollar una mayor conciencia de nuestros pensamientos y emociones, permitiéndonos observarlos sin involucrarnos demasiado en ellos. Con el tiempo, esta práctica puede fortalecer nuestra capacidad para permanecer en el presente, reduciendo la frecuencia y el impacto de los pensamientos intrusivos.
2. Hablarse con compasión
La autocompasión es el acto de tratarnos a nosotros mismos con la misma amabilidad y comprensión con la que trataríamos a un ser querido. Es un antídoto poderoso contra la autocrítica severa que a menudo acompaña a los pensamientos intrusivos. Al hablarnos de una manera compasiva, podemos cambiar la narrativa interna negativa y fomentar una relación más saludable con nosotros mismos.
¿Cómo empezar a practicar la autocompasión?
- Reconoce tu sufrimiento: la próxima vez que te sientas mal o cometas un error, en lugar de criticarte, toma un momento para reconocer tu sufrimiento y acepta que es parte de la experiencia humana.
- Practica el diálogo interno positivo: habla contigo mismo de manera amable. Por ejemplo, en lugar de decir «Soy un fracaso», di «Estoy teniendo un momento difícil y eso está bien. Todos cometemos errores».
- Abraza tus emociones: permítete sentir tus emociones sin juzgarlas. Es normal sentirse triste, enojado o frustrado. Estas emociones son parte del ser humano.
- Cuida de ti mismo: dedica tiempo a actividades que te hagan sentir bien y te cuiden, como tomar un baño relajante, leer un buen libro o salir a caminar. Busca la que creas que puede hacerte sentir bien en un momento difícil.
- Medita en la autocompasión: practica meditaciones de autocompasión guiadas. Hay muchos recursos disponibles en línea que pueden ayudarte a comenzar o también puedes comenzar un proceso terapéutico que te ayude a ser consciente de tu diálogo interno y conozcas cuáles pueden ser las barreras que te impiden cambiarlo por tus propios medios.
La autocompasión puede parecer extraña o incluso innecesaria al principio, pero sus beneficios son profundos. No necesitas ser perfecto para empezar a practicarla. Comienza con pequeños pasos y observa cómo cambia tu perspectiva y bienestar. ¡Podrías sorprenderte de lo mucho que puede mejorar tu vida!
Beneficios de estas prácticas
Conectar con el presente y hablarse con compasión no solo nos ayuda a manejar los pensamientos intrusivos, sino que también mejora nuestra salud mental en general. Estas prácticas pueden reducir el estrés, mejorar nuestro estado de ánimo y aumentar nuestra resiliencia frente a las adversidades.
Conclusión
Aprender a conectar con el presente y hablarnos con compasión son herramientas esenciales para liberarnos de los pensamientos intrusivos. Al incorporar estas prácticas en nuestra vida diaria, podemos cultivar una mente más tranquila y una relación más positiva con nosotros mismos, creando una base sólida para el bienestar emocional y la paz interior.