Todos tendemos a pensar que cuando nos formamos una opinión sobre alguna persona, cosa o circunstancia, somos muy objetivos, pero la realidad no es así. Múltiples estudios demuestran que las personas tendemos a la generalización a la hora de juzgar. En otras palabras, caemos en el error del Efecto Halo.
¿Qué es el Efecto Halo?
El efecto Halo es un sesgo cognitivo por el cual generalizamos de forma equivocada basándonos solo en una característica de la persona, cosa o situación (Nisbett y Wilson, 1977). Es decir, nos formamos una opinión sobre una característica de alguien y la damos como válida, y dicha impresión que nos hemos formado la generalizamos y la interpretamos como un conjunto.
Descubrimiento del Efecto Halo
En 1920 Edward Thorndike dio nombre al fenómeno del Efecto Halo en su artículo “Un error constante en las calificaciones psicológicas”. En dicho estudio se les pidió a militares oficiales que puntuaran a sus soldados subordinados en función de sus características físicas, inteligencia, liderazgo y carácter, además, se especificó que las puntuaran de manera independiente unas de otras.
Los resultados mostraron que las puntuaciones que los oficiales daban sobre las características de los militares, a pesar de ser muy específicas, estaban altamente correlacionadas con el resto de las puntuaciones. Debido a esto Thorndike (1920) concluyó que las personas tendemos a cometer el error de evaluar al resto en función del juicio que nos formamos de una característica concreta y que dicho juicio lo extrapolamos inconscientemente al resto de cualidades de esa persona, produciéndose así el Efecto Halo.
¿Cuándo caemos en el error del Efecto Halo?
Este error lo cometemos de manera inconsciente y a veces se produce tan rápidamente que no llegamos a darnos cuenta, esto es así debido a que nuestro cerebro cumple una función adaptativa, tiende a “etiquetar” de manera rápida a las personas, las situaciones y las cosas para poder responder ante estas de la manera más efectiva y rápida posible cuando sea necesario.
En el día a día caemos en este sesgo y en el mundo de la publicidad se aprovechan de ello. Uno de los ejemplos más claros se produce cuando determinadas marcas utilizan a famosos valorados por el público con una etiqueta positiva, ya que el efecto Halo que produce se extiende a la cosa que se intenta vender.
Seguro que se te vienen a la mente muchos anuncios en los que aparecen famosos, los cuales no son conocidos por sus amplios conocimientos en dicho producto, sin embargo, que su imagen se asocie a determinado producto hace que aumenten sustancialmente las ventas de este.
El Efecto Halo puede ser tanto positivo como negativo para la persona, cosa o situación que estemos juzgando, por ejemplo, existen rumores acerca de que la protagonista de Jersey Shore, Snooki fue pagada por una conocida marca de bolsos para que utilizara siempre los bolsos de la competencia y así se asociara dicha marca con la imagen “negativa” que ella proyectaba.
Es debido a esto que no deberíamos quedarnos solo con nuestra primera opinión y tratar de analizar todo lo objetivamente que podamos las diferentes situaciones en las que este sesgo puede aparecer, si no tristemente nos dejaremos muchas experiencias y personas increíbles por el camino.
Referencias
Thorndike, E. (1920) Un error constante en las calificaciones psicológicas. Revista de psicología aplicada, 4, 25-29. http://dx.doi.org/10.1037/h0071663
Nisbett, RE., y Wilson, TD (1977). El efecto halo: evidencia de alteración inconsciente de juicios. Revista de personalidad y psicología social, 35 (4), 250-256. https://doi.org/10.1037/0022-3514.35.4.250